17 de julio de 2016

Las ventajas de preguntar a Google y de preguntar a una biblioteca

Hay infinidad de preguntas de las cuales no tenemos respuesta. No son pocas las veces que buscamos una respuesta rápida a una pregunta sencilla y que nos ha surgido mientras veíamos la televisión o leíamos un libro. Bien es cierto que los dispositivos móviles nos han facilitado la consulta rápida y directa, antes o encendíamos el ordenador (lo cual podía llevar unos cuantos minutos) o consultábamos la enciclopedia o diccionario en papel. Por suerte todo esto ha cambiado y estamos mucho más cerca de la información que antes.

La biblioteca da la seguridad de que lo que se busca y encuentra es lo que se necesita

Ahora bien, cuando se busca una respuesta más compleja / completa a una pregunta o cuando se está haciendo un trabajo académico o de investigación, ¿dónde formular la pregunta? Una búsqueda simple se puede iniciar en Google, sin ningún problema. Google es el buscador mundial por excelencia y el amo de la información referenciada en Internet… pero, ¿dónde realizar la pregunta cuando necesito algo más que un simple dato o definición? Pues la verdad es que también se pueden realizar este tipo de preguntas a Google o a buscadores académicos, aunque puede que sea mejor que te acerques a una biblioteca para estar seguro de que lo que buscas y encuentras es lo que necesitas.

Tanto buscar en Google como buscar en una biblioteca tiene sus ventajas. Cada recurso es de gran ayuda en determinados momentos y según las necesidades. Ahora bien, ¿qué me da una biblioteca que no me dé Google?… y, ¿qué me da Google que no me da una biblioteca? A estas dos preguntas trato de responder a continuación.

Ventajas de preguntar a Google

Hacer una pregunta en Google tiene sus múltiples ventajas. Es un servicio rápido y que no tiene horarios. Posee gran cantidad de información y seguro que siempre hay algo interesante en sus resultados. Sin duda que es un duro rival para el mundo de las bibliotecas
  • Google ofrece inmediatez en los resultados y acceso a la información. Sin esperas ni colas.
  • Google no tiene horarios. Está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
  • Google no tiene limitaciones geográficas, allí donde se esté (y se tenga acceso a Internet) se podrá preguntar sin problemas.
  • Google ofrece resultados que pueden interesar gracias al rastro digital que se va dejando por Internet en búsquedas anteriores.
  • Preguntar a Google es bastante simple gracias a su sencilla interfaz.
  • En Google se puede descubrir información de utilidad a través de los resultados similares a la búsqueda que se hace.
  • En Google hay información sin límite, seguro que se encuentra algo que interesa.
Ventajas de preguntar en una biblioteca

Hacer una pregunta en una biblioteca puede llegar a ser el summum de la satisfacción. Recibir un trato personal y profesional del los bibliotecarios/as para conseguir satisfacer las necesidades informativas es un plus que ningún recurso online puede dar.
  • En una biblioteca se recibe un trato personal y profesional confiable.
  • En una biblioteca la privacidad de los usuarios está por encima de todo.
  • En una biblioteca no se da información con fines publicitarios.
  • En una biblioteca se pueden obtener resultados concretos frente a la abundancia de información.
  • En una biblioteca se puede confiar de la fiabilidad de las fuentes y de la información dada.
  • Una biblioteca dará recomendaciones personalizadas según el usuario.
  • Una biblioteca no restringe las búsquedas por ubicación.
  • Una biblioteca guía a sus usuarios entre lo que busca y lo que realmente necesita.
Google y las bibliotecas, más que rivales, aliados

Tanto Google como las bibliotecas son espacios en los que la información fluye sin cesar. Más que rivales se podrían considerar como aliados (atrás deben quedar preguntas de por qué las bibliotecas no se han convertido en Google). No es extraño ir a una biblioteca a buscar información y acabar buscando en Google… y tampoco es extraño estar en casa buscando información en Google y acabar dando con una página web de una biblioteca o su servicio de referencia online.

Lo que sí tendrían que tener en cuenta tanto los usuarios de Google como los usuarios de la biblioteca es la importancia de diferenciar la información que se puede encontrar online. Algunos consejos rápidos se pueden leer en “Cómo saber si una fuente de información web es fiable o no”:
  1. No te quedes con el primer resultado. Busca, compara y revisa… y usa la búsqueda avanzada.
  2. Mira quién escribe la información. Trata de ver las credenciales del autor y su reputación.
  3. Ten en cuenta el medio en el cual se publica dicho contenido por si pudiese haber algún tipo de sesgo en la información o publicidad.
  4. Mira si el contenido es actual, original, correcto (bien escrito), tiene un razonamiento lógico y si cita sus fuentes de información.
  5. Pregunta a tu bibliotecaria/o… pídele su opinión.
También sería interesante que las bibliotecas formasen (de hecho no son pocas las que lo hacen) a sus usuarios en el uso de Google y enseñarles a cómo sacarle el máximo partido. Basta con recordar esa pequeña alianza histórica que le mundo de las bibliotecas y Google tienen a sus espaldas.

Imagen superior cortesía de Shutterstock

Autor: Julián Marquina
Twitter: <@JulianMarquina>
Fuente: <http://www.julianmarquina.es/>

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