10 de marzo de 2016

Cómo la comunicación científica ha cambiado en el entorno digital

¿Qué tanto ha cambiado la comunicación científica en el entorno digital? Hay quienes expresan que debido al incremento en la producción de información se tiene un nuevo tipo de sociedad, lo que se conoce actualmente como sociedad de la información o sociedad del conocimiento. Por lo tanto, la organización de las fuentes de información especializada en formato electrónico como herramienta de apoyo ha ido en aumento.

En el marco de la XXXVII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), la maestra Silvia Díaz Escoto, de la Dirección General de Bibliotecas (DGB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que a partir del siglo XVI y hasta principios del siglo XIX la información se consideraba como una acción instructora que moldeaba la mente.

A mediados del siglo XIX esta acción derivó en la práctica de la lectura de libros, así el significado de información empezó a cambiar: la información ya no se refiere a la acción instructora sino al contenido de los libros, lo que redujo al lector al papel de consumidor pasivo de contenidos; así, la información dejó de ser un efecto para convertirse en una causa.

Comenta que en la actualidad es importante conocer cómo está organizada la información especializada, ya sea científica o académica. “Primero debemos entender la comunicación científica como el medio utilizado por los científicos para exponer las ideas y resultados esenciales de un proceso de investigación, a través de revistas científicas o académicas, libros y bases de datos”.

Fig. 1. Garvey-Griffith Model
En el caso de ciencias duras o ciencias exactas, los científicos publican en revistas, "pero en el caso de las ciencias sociales o humanidades publicamos más en los libros y monografías, porque son investigaciones más largas y requieren más explicación, aunque ahora a los investigadores de ciencias sociales les piden que hagan artículos en revistas, por esta razón es importante conocer este contexto. La publicación en revistas científicas cada día se hace más importante”.

La maestra en historia dice que las bases de datos son una de las grandes aportaciones a la bibliotecología en el mundo, porque detrás de toda la investigación científica y toda la información hay un bibliotecólogo localizando, organizando y poniendo la información a disposición de los usuarios.

“En los años 60 los bibliotecólogos nos dimos a la tarea de organizar la información en bases de datos, es decir, se ponía el título del autor y algunas claves con el fin de facilitar la búsqueda a los usuarios. Cuando llegó la automatización de estas bases se logró recuperar mucha información”, añade.

En este sentido, describe que las bases de datos son una colección de datos organizados de tal manera que puedan ser fácilmente consultados, recuperados y actualizados. “Hoy en día, la necesidad de acudir a una biblioteca ha disminuido porque hoy puede obtenerse información digital desde sitios remotos al utilizar Internet. La biblioteca es cada vez menos un espacio físico en algún lugar”.

Explica que dentro de la DGB existen recursos digitales como Open Access, que se refiere particularmente a información científica, pero también hay otras bases de datos para consultar como: Toda la UNAM en Línea, E-Journal, Hemeroteca Nacional en Línea, Clase (DGB-UNAM), IRESIE (IISUE-UNAM), Latindex, SciELO, Redalyc, entre otros.

Fig. 2. Scientific Communication: A Model for 2020
El conocimiento ¿qué ha cambiado?

Díaz Escoto enfatiza que desde los años 90 se ha hablado de la sociedad de la información y/o conocimiento, es decir, que el producto de esta explosión de las nuevas tecnologías pasó a una nueva sociedad.

Servicios documentales

La DGB ofrece localización, recuperación y envío de documentos en México y el extranjero como apoyo fundamental en la investigación, la docencia y la extensión de la cultura.

Señala que el conocimiento implica la capacidad de interpretar y utilizar la información de manera pertinente. “La formación de conocimiento está determinada por la capacidad para producir, localizar, identificar, transformar, difundir y utilizar la información, con el propósito de crear y aplicar nuevos conocimientos”.

A partir del siglo XVI, gracias a la imprenta se inicia un gran proceso de difusión e intercambio de información producida por el hombre, lo que lleva a darle un sentido distinto al conocimiento.

Respecto a la era digital, menciona que el conocimiento crece a un ritmo mucho más acelerado en donde existe saturación de información, las tecnologías de información emergentes y los servicios más sofisticados para el almacenamiento de información, además de las nuevas facilidades para la recuperación de información.

Para la especialista es de suma importancia que los usuarios que busquen información desarrollen habilidades para localizar y seleccionar de manera ágil y eficiente los documentos que requieren para cubrir sus diferentes demandas y necesidades de información especializada.

Autor: Mercedes López
Fuente: <http://oei.es/>

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